La excavación del nuevo aparcamiento subterráneo en la plaza de San Antonio tiene ya cierta envergadura. Se trata de concentrar el estacionamiento de vehículos del centro urbano en este lugar para peatonalizar las calles.
Esta apuesta municipal es elemento de comentario entre la sociedad oscense con conclusiones bien dispares. Hay quien vaticina un gran fracaso, como ha ocurrido con la ocupación de experiencias anteriores. Los hay optimistas –aunque parezca mentira en Huesca- que consideran adecuado el aparcamiento para aligerar el tráfico del entorno. Los hay, finalmente, que no dicen nada, a la espera de seguir en silencio si sale bien o decir “ya lo sabía yo” si el asunto no prospera.