Un año más se ha cumplido el rito. Barbastro demuestra sucapacidad de convocatoria con la feria de la Candelera, como cada 2 de febrero desde hace varios siglos. Además, siendo domingo, la cita multiplicó la cifra de asistentes.
Desde la estación de autobuses hasta la gasolinera de Corona de Aragón y calles adyacentes del recorrido, centenares de puestos de todo tipo -entre los que abundaban los del comercio local- atraían a los visitantes desde primera hora de la mañana.
Una oferta de jamón de Teruel en vasco fue algo llamativo. No sé si el feriante en cuestión, supongo que llegado de tierras euskaldunas, se encontraba como en casa o no cayó en que en Barbastro no se habla esta lengua, pero allí estaba esta original propuesta: