![]() |
La Peña Oroel desde la cara sur |
“No es este el momento para que aparezca la discordia entre los partidos políticos en España. Republicano soy y republicano he de morir; pero en estas circunstancias, cuando está de por medio la suerte de mi Patria en lucha con el extranjero, yo no quiero acordarme de que soy republicano, sino de que soy español, y de que pongo por encima de todo el honor y la salvación de mi patria. No he querido la guerra, y no la quiero: apruebo lo que se ha hecho para conjurarla; pero aceptada, sin culpa nuestra, el honor, y aun el porvenir de esta nuestra raza, obligan a que salga de ella inmaculada la honra de esta España, que es la honra de nuestros padres, la honra de nuestros hijos, y, por lo tanto, nuestra propia honra.
De hoy en adelante, y mientras duren estas graves circunstancias que la guerra implica, yo he de estar detrás del Gobierno de mi país y enteramente a su disposición; con una sola reserva, con la reserva de que, cuando aquellas hayan pasado, he de examinar libremente, como es de rigurosa justicia, todo lo que ha ocurrido; las responsabilidades contraídas por los que nos han conducido a este gravísimo estado y la conducta que el Gobierno haya observado u observe en adelante para sacar a salvo lo que todos ansiamos más que la propia vida: la honra y el bien de España”.