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| Iglesia de San Agustín |
La primera visita a Belchite viejo puede sorprender al viajero. Ha visto imágenes, reportajes, comentarios… ha visto sus ruinas en películas, pero pasear por sus calles de hundidas viviendas no es lo mismo. Además, si te lo cuenta una joven guía que vive con intensidad todo lo que padecieron aquí sus habitantes en la última guerra civil española, el marco para la emoción es completo.
Es difíci explicar en pocas líneas lo que supone recorrer Belchite y escuchar atentamente lo que te cuentan. Esta imagen de la iglesia de San Agustín resume más o menos lo que se puede sentir: al fondo no hay retablo, arriba no hay bóvedas, pero el espacio impresiona.
Vas en grupo, pero no oyes lo que comentan los de alrededor, hay un silencio que sobrecoge conforme conoces con más detalle qué sucedió aquí. El cielo azul rellena la ruina y cobija un último pensamiento antes de volver a la vida rutinaria.
Mirando en la alberca 