Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar

Un atractivo paseo de Villalangua a Salinas de Jaca (viejo)

Como «incomparable» o «paisaje de ensueño» es definida la Foz de Salinas, un paraje situado enfrente de Villalangua, desde donde podemos iniciar un interesante paseo para conocer mejor la Naturaleza de la provincia, así como algunos elementos de la historia del pueblo que lleva su nombre: Salinas de Jaca. Debemos situarnos en la carretera A-132, de Huesca a Puente la Reina por Santa Bárbara para llegar a Villalangua.
Esta población es el punto de salida. Una señal indicativa, junto a la calle que desciende desde la iglesia, nos encamina a una pasarela peatonal que cruza el río Asabón. Al otro lado, a la izquierda, comienza una senda que enseguida enlaza con una pista que acerca a unas explotaciones ganaderas próximas.

Salinas-6
Enseguida queda Villalangua abajo, visible entre las paredes de roca

Al llegar a un gran roble tomamos a la izquierda un antiguo camino de herradura que nos dirige a la Foz de Salinas. Llegamos al punto donde enlazamos con el sendero que sube de Salinas de Jaca, nuevo. En Villalangua me comentó un vecino que el acceso desde Salinas nuevo no está en las mejores condiciones.

Salinas-7
La verticalidad de la roca sorprende en la primera visita

Caminamos entre murallones de roca que no son más que estratos verticales, limpios de las capas más blandas, convertidas sus cimas en miradores de los buitres que planean, aprovechando las corrientes ascendentes del aire que por aquí se mueve. Varios paneles informativos nos han ido dando cuenta de todo esto y otras cuestiones de interés a lo largo del sendero que estamos recorriendo.

Salinas-5
Esta cascada y un puente que hay junto a ella, atractivos del paseo

Hemos llegado a una espectacular cascada donde el agua del barranco salta entre grandes bloques de roca. Enfrente está el paraje denominado  fuente de la Rata, por la característica silueta de una roca cercana y que supone el abastecimiento de agua para Villalangua, según nos informarán posteriormente en esta localidad.
Tras la parada correspondiente para refrescarse y disfrutar de esta caída de agua y del pequeño puente que salva el barranco, seguiremos el camino, que comienza a ganar altura con rapidez. El puente en cuestión, según relata Adolfo Castán en su libro «Lugares del Alto Aragón» (2008), es obra «tal vez del siglo XVI».

Salinas-3
La parroquial de Salinas se resiste a desaparecer

Una vez superados estos tramos en los que ganamos bastante altura, comenzamos a ver la silueta de la iglesia parroquial del antiguo pueblo de Salinas, localidad que desapareció en el siglo XX por problemas geológicos y que inició una nueva vida para sus moradores en Salinas de Jaca, junto a la carretera A-132 una vez pasado el embalse de La Peña en dirección a Bailo y Puente la Reina.

Salinas-4
Interior d ela iglesia parroquial

Llegamos. La parroquial es lo único que queda en pie, aunque en deterioro progresivo, del antiguo pueblo. Estaba dedicada a Santa María Magdalena y fue construida “en estilo formal del gótico aragonés –siglo XVI-“. Su bóveda deja pasar en un par de puntos la luz, lo que no anuncia nada bueno. El resto de los edificios de la población no son más que alguna masa informe de piedras y el recuerdo para sus antiguos ocupantes.
Según relata Adolfo Castán en la obra citada, el terreno sobre el que se levantaba el pueblo iba cediendo y se decidió ubicarlo en otro lugar más seguro. “El primer traslado se efectuó en 1944, escribe Castán; el último fueron las campanas”. Se utilizaron materiales de las casas que se dejaban para edificar las nuevas viviendas, por lo que el deterioro del pueblo viejo se aceleró. Pero hay un interés por mantener lo que queda de la localidad. En la página web http://www.salinasdejaca.com se lee que el 21 de abril 2011, un grupo de personas subieron del actual Salinas de Jaca al pueblo viejo para recuperar la fuente. Se detalla lo hecho y se aporta un buen número de fotografías para ilustrar esta iniciativa.

Salinas-1
Apenas se ven restos de las viviendas en un mar de zarzas que todo lo oculta

En principio solamente se veían zarzas, se comenta en la página web, pero “pudieron llegar al final de unas paredes de piedra que recordaban antiguas viviendas y consiguieron encontrar la antigua fuente del pueblo. Eran la pared derruida y un hilico de agua, según un asociado, como si fuera el chorro de un porrón”. El balance de esta iniciativa, al final, era muy positivo.

Un pueblo ligado a un manantial de sal
La sal ha sido un elemento básico para el ser humano a lo largo de su historia. Con sal ha condimentado su comida y ha conservado carnes y pescados, era básica para sus ganados, ha formado parte de ritos religiosos  o ha permitido la elaboración de medicinas y el curtido del cuero. Por ejemplo.
El esquema básico de una salina partía de un manantial de agua con la que aparecía disuelta y un espacio lo más extenso posible y poco profundo donde evaporar el líquido elementos y obtener la sal. En función de la capacidad del manantial habría más o menos balsas de decantación. Salinas contó con este manantial y su historia vino marcada por la obtención de la sal y los movimientos de los poderes de cada momento para controlar esta industria. En Villalangua me dice un vecino que el monasterio de Leyre fue el primero que dirigió la explotación del manantial.
Ana Isabel Lapeña, en su artículo «San Juan de la Peña, la posesión y explotación de salinas», publicado en el número 6 de Aragón en la Edad Media (1984), recoge un documento del rey Pedro II, en 1201, por el que concede al convento “todos sus términos y pertenencias, con los hombres y mujeres que en ella vivían, y con todos los derechos que en ella tenía el rey, incluyendo los de la sal que se menciona expresamente”.
Dos documentos falsos, según apunta esta historiadora, ligaban estas salinas al monasterio de San Juan de Navasal en los siglos VI y X. Aunque fueran falsos, apuntan a la existencia histórica de unas salinas en esta localidad, algo apetecible para los poderes del momento por las posibilidades económicas que daban su explotación.
Salinas de Jaca figura en un listado de centros productores de sal en el Aragón del siglo XVI, según apuntan Blázquez y Pallaruelo en su libro “Maestros del agua” (1999). Añaden que ese listado siguió siendo válido hasta el año 1707 en el que el rey de España Felipe V “ordenó cegar las fuentes de casi todas ellas, dejando sólo en uso las más importantes”. Lucas Mallada, en el volumen sobre la provincia de Huesca en su obra «Memorias de la Comisión del Mapa Geológico de España» (1878), menciona las salinas de esta población en un grupo de estos manantiales «en estado de abandono».
Pero supongo que, mientras hubiera ganado en la zona y personas habitando cerca, alguien usaría la sal del manantial que dio nombre a este pueblo altoaragonés. Me parece.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: