
Canfranc, 20 de febrero de 2004. Tras una tradicional sesión de cursillo de esquí en Candanchú, en el marco de la semana blanca escolar, la parada familiar en Canfranc era poco menos que obligatoria.
No había obras de remodelación y la cubierta era la antigua. El tren paraba en el lado español de la estación internacional. La nieve y la luz escasa daban un aire más nostálgico al pensamiento que nos rondaba a todos: ¿habrá o no futuro para el Canfranc? El tamagochi esperaba la hora de salida. Según el cuadro de horarios del momento, saldría a las 17:40 horas, pasaría por Jaca a las 18:19; por Huesca a las 20:45 y llegaría a Zaragoza a las 21:48.
Los automotores de las serie 596, conocidos como tamagochis, llegaron a Aragón en el verano de 1998, según relata Alfonso Marco en el libro Ni contigo ni sin ti. Siglo y medio del ferrocarril en Huesca (2015). Su destino fue la línea Zaragoza – Huesca –Canfranc.
Sus datos técnicos los resumía así Alfonso Marco: «serie de veinticinco automotores de un solo coche construidos a partir de la reforma integral de uno de los coches motor de los 593. Miden 24,2 metros y pesan 51 toneladas. Su potencia es de 206 kilovatios y su velocidad máxima de 120 kilómetros por hora». Las dos fotos que acompañan este texto corresponden a uno de estos automotores, de la serie 596-022. Algo ha cambiado la estación desde entonces. Figura en la última imagen, por ejemplo. Material móvil y horarios podrían mejorar.
