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Baranguá viejo y otra pieza en el puzle de su historia

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Baranguá a finales del siglo XIX, principios de XX. Colección Mariano Morlans del Cacho

Baranguá viejo es una pardina arruinada que hay entre Hostal de Ipiés, la estación de Orna y Arto. Es una población de dilatada historia y destacados personajes entre quienes habitaron tras sus recios muros. Tiene una curiosa iglesia, que se resiste a desaparecer. La vivienda fue pasto de las llamas el siglo pasado. La primera vez que estuve allí fue en 1983, con mi hermano Fernando que entonces dibujaba plumillas para Heraldo de Aragón. Aún pudimos ver en el suelo la dovela de la portada que lucía la figura del lobo, elemento presente en el escudo de armas de los López de Baranguá.

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Baranguá viejo. Plumilla de Fernando Alvira Banzo publicada en Heraldo de Aragón en 1983

No sé si es un lugar muy interesante o no, pero a mí me llamó mucho la atención y, de vez en cuando, vuelvo para ver cómo sigue o busco datos sobre lo que fue. En el libro «Y sin embargo, te quiero. Huesca – Jaca, 125 años de una línea ferroviaria» figura una foto de la colección de Mariano Morlans del Cacho en la que se ve la puerta principal de la casa, con algunos de sus inquilinos… o visitantes. Está realizada, probablemente, a finales del siglo XIX, principios del XX. Aparece en la cabecera de esta entrada.

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Conjunto de Baranguá viejo en 1983

Hay dos localizaciones: alta y baja o viejo y nuevo. La más antigua, que es el motivo de la visita, era una vivienda de grandes dimensiones. Con forma de rectángulo alargado, tenía balcones en su fachada principal, una puerta adovelada y un escudo de armas.
Aunque el inmueble está arruinado, todavía queda alguna ventana con sillares muy bien trabajados. En una esquina de esta zona se conserva una pequeña parte de la forja de uno de sus balcones.

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Restos de un balcón

Completan el conjunto unos edificios auxiliares para el trabajo agrícola y ganadero. También hay una iglesia, de grandes dimensiones para un caserío si vemos cómo son en otras fincas de la zona. Hay una imagen de este conjunto, fechada en 1935, recogida por Amigos de Serrablo. Antaño, administrativamente, formaba conjunto con el cercano Puente de Fanlo y con Fanlo, otra pardina en la margen izquierda del Gállego.
El diario Nueva España publicaba el 17 julio 1965 un breve titulado «Incendio en una casa de campo».  Informaba de que «en una casa de campo de la partida Baranguá Alta, del término municipal de Orna de Gallego, se produjo un incendio en el que sufrieron pérdidas materiales valoradas en medio millón de pesetas. El fuego fue sofocado por vecinos de Arto, y Latras, así como por los habitantes de la alquería. Se desconocen las causas que originaron el siniestro». En ese momento ya existía otro Baranguá, nuevo o bajo, junto al molino del mismo nombre y a la estación de ferrocarril de Orna de Gállego. Hay autores que han escrito sobre Baranguá y apuntan una fecha anterior a esta para el incendio que destrozó la casa, situándolo normalmente en la década de los 50.

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Ruinas de Baranguá viejo

El citado periódico oscense sirve para conocer el nombre de Jimeno de Baranguá como uno de los más antiguos moradores del lugar, cuando todavía no era lo que llegó a ser. Según escribió Antonio Durán Gudiol, figura en un documento del siglo X del cartulario de Fanlo. Lo indicó en uno de los artículos que publicó en Nueva España sobre su libro «De la Marca Superior de Al Andalus al Reino de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza». En este caso fue en su edición del 28 septiembre 1974.
Juan Antonio Foncillas publicó en el ejemplar de Nueva España el 10 agosto 1968 un artículo titulado «La ruta de los pastores. De Huesca a Tramacastilla, pasando por Monrepós y Sabiñánigo». Incluía datos de un documento fechado en 1655 y escrito por Diego Solano, pastor mayor del Concejo de Huesca, detallando su trashumancia en junio de ese año desde la capital oscense hasta el alto valle de Tena.
Foncillas menciona el paso de pastores y ganado por Hostal de Arascués, Arguis, La Foz, Monrepós, Escusaguás, Alavés, Estaún, Lanave, Hospitalet del Ferrero y el puente de Fanlo. Posteriormente, pasaba por Baranguá, Hostal de Ibort, Rapún y El Puente de Sabiñánigo, camino hacia el valle de Tena.

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Dibujo de la iglesia en al artículo de José Cardús en Heraldo de Aragón (26 agosto 1973)

En el número 122 de la revista Serrablo, Teresa Ferrer Gimeno menciona a «Mariano López Allué (1810, Baranguá), que fue Presidente de la Diputación de Huesca y que colaboró en acercar el tren al Altoaragón». Lo hace en un artículo sobre Santa Vicenta María López Vicuña, ligada familiarmente a los López de Baranguá. En Nueva España, al anunciar la canonización de esta santa el 24 de mayo de 1975, se aludía a su pariente de Baranguá, que presidió la corporación provincial y «a cuyas sesiones bajaba desde su Señorío a caballo».
Heraldo de Aragón, el 17 de diciembre de 1983, en la sección que había en las páginas de Huesca bajo el título de Rincones del Alto Aragón, se publicó un dibujo de Baranguá. Bajo la pumilla de Fernando Alvira figuraba un texto sobre la primera impresión que producía su estado: «una piedra de molino medio enterrada, un compacto caserío que se adivina solamente, al quedar en pie una pared y parte de otra, junto al arranque de los muros de diversas dependencias… Entre los escombros se adivinan unos sótanos… establos y graneros, el evidente paso del gasoducto Serrablo-Zaragoza junto a Baranguá viejo. Es lo que queda de esta población que tenía tres fuegos en el siglo XVI».
Finalmente, frente a la ruina de la vivienda, destacaba la parroquial, que no se resignaba a desaparecer: «destaca la torre. Altiva frente a la desgracia de estar en un pueblo abandonado. 1886 es la fecha que figura sobre el arco de acceso al templo. El interior de éste conserva parte de pinturas murales, decorativas, populares; es un pequeño templo de una única nave de dos tramos, con una capilla lateral a la derecha del altar. Al sur, la torre; al norte, el camposanto; al este, una puerta cegada y otra fecha: 1756».

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Bóveda de la iglesia en 1983
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Cabecera de la iglesia en 1983
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Capilla lateral, pila bautismal y restos del coro en 1983

La última visita, en abril de este año 2019, aporta poco a la imagen, que se deteriora progresivamente, pero tiene el interés de recuperar, en el libro citado al inicio de esta entrada, un minuto de gloria de Baranguá: cuando albergó una comida para celebrar la llegada de la primera locomotora a la estación de Orna de Gállego, dentro de las obras de la línea ferroviaria de Huesca a Jaca. La línea se inauguró el 1 de junio de 1893, pero meses antes, en noviembre de 1892, la primera locomotora llegaba a la estación de Orna de Gállego. El Pirineo Aragonés, el 4 de diciembre, y El Diario de Huesca, dos días después, se hacían eco del hecho:

Como en ocasiones anteriores, la máquina apareció «engalanada, con escudo y banderas de colores nacionales, entró en andenes de dicha estación a las doce de la mañana, siendo saludada con verdadero entusiasmo por el perso­nal que está al frente de la construcción, por todos los obreros y por muchos vecinos de los pueblos del contorno».

Hubo descanso y comida para los obreros. «Los empleados y varias señoras se reunieron en la linajuda y hospitalaria casa de Baranguá, donde se cele­bró un animado banquete, que fue seguido de un baile, prolongado hasta media noche».

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Ruinas de Baranguá viejo y, al fondo, la torre de la iglesia

Los ecos de la fiesta pudieron permanecer entre sus paredes hasta que se evaporaron con el incendio de la casa. En aquel momento, la familia ya vivía en Baranguá bajo. José Cardús, que publicó en Heraldo de Aragón un artículo sobre «El señorío de Baranguá» (26 agosto 1973), explica este cambio. Y lo hace también Teresa Ferrer en su artículo citado: «Mariano López Aznar se había formado en Francia, Suiza, etc. con rango similar a arquitecto por lo que construyó en las cercanías del Señorío la llamada Casa de la Huerta, más cerca del río y de la estación de Orna, ya que su padre había contribuido a acercar el tren».

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Ventana en la vivienda de Baranguá viejo

 

2 comentarios sobre “Baranguá viejo y otra pieza en el puzle de su historia

  1. Me ha sorprendido este interesante articulo sobre el Castillo de Baranguá.
    Acabo de descobrir, por un documento oficial, que mi padre Francisco Pérez Pulido trabajó sobre 1947 para su propietario Don José López Arruebo, también juez de paz de esa localidad. Mucho me gustaria contactar con esa família. Yo nací en Hostal de Ipiés en 1952 y mi hermana Mercedes en 1947 en Lasieso. Gracias y salud

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