
El ibón Basa de la Mora es uno de los lugares más mágicos que atesora el Pirineo aragonés. Situado en el valle de Chistau, es accesible desde Plan –también se le conoce como ibón de Plan- y desde Saravillo.
Llegaremos por la A-138 que sube de la tierra llana hacia Francia por Aínsa y Bielsa. Hay que tomar un desvío señalizado a la derecha en Salinas, para entrar al valle de Chistau. Hay otro que nos dirige a Saravillo. Plan, finalmente, queda al lado mismo de la carretera.

Existen diversas descripciones en Internet sobre cómo son estos accesos. El que sale de Plan es el sendero PR-HU-87. El camino al ibón es parte de sendero. En tres horas, más o menos según el descriptor, superando un desnivel de mil metros, se permite cumplir el objetivo de llegar al ibón. Lo del desnivel da idea de la pendiente que se salva.

Si quiere llegar en coche, en Saravillo comienza una pista –hay que pagar tres euros para utilizarla-, que llega hasta el refugio de Labasar, a media hora más o menos del ibón. En tiempo seco es apta para todos los públicos, circulando con precaución. Son 14 kilómetros.
También desde Saravillo se puede subir andando por el sendero GR-15. La duración del paseo es parecida al que sale de Plan, variando según la fuente consultada.
El refugio es el punto de unión de todos los recorridos y es común el acceso desde aquí al ibón. Además tiene el interés añadido de unos crómlechs para los más curiosos.

Por poder, creo que hay quien ha subido andando desde Saravillo al ibón por la pista forestal: 14 kilómetros de longitud. El tiempo de paseo es ligeramente superior al de los senderos, pero no es tan exigente. Dicen, claro.
Sea por donde sea, y si se puede, hay que ir. Me parece.
