
Esta semana ha comenzado el curso universitario en Huesca. A la espera de lo que pueda pasar en la noche del jueves, este lunes era destacada la presencia de jóvenes en edad universitaria comprando comida en los supermercados oscenses. Ha vuelto la rutina a este sector social y, a falta de centrarse en cuestiones académica al cien por cien, bueno es llenar la despensa.
Mientras, los niveles de enseñanza de los más pequeños están ya en velocidad de crucero. No hay nada cómo ver su entrada en el colegio. Son una fotografía de la Huesca actual, una sociedad multirracial e internacional. Dentro de un par de décadas, los «de Huesca de toda la vida», serán una pequeña minoría. Esto les habrá pasado por no haberse reproducido lo suficiente. Me parece.