
Aguas Tuertas, en la Jacetania más noroccidental y dentro del municipio de Ansó, es un lugae con un sugerente paisaje que tiene todo lo que nos permite disfrutar de nuestra tierra. Además formaremos parte de una de esas romerías cívicas que se organizan improvisadas por el Pirineo en verano. Este año han tenido la novedad de la mascarilla y la distancia.
Para conocer este paraje viajamos hasta Echo por la carretera A-176 desde Puente la Reina de Jaca. Desde aquí, seguiremos hasta Siresa, Boca del Infierno, Oza y la Mina. Podemos dejar aquí el coche y tomar el GR-11 que viene de Acherito y se dirige a nuestro destino de hoy por la margen derecha del río Aragón Subordán. También es posible seguir en coche, tras tomar el desvío señalizado a la derecha, para circular por una pista hasta un espacio de aparcamiento. Apostamos por esta segunda posibilidad. Cabe recordar que de los dólmenes visitables en este recorrido hay más junto al GR, en la otra margen del Subordán. Así lo indica la cartografía. No le vaya a pasar como a uno que conozco que se quedó sin verlos por ir más rato en coche. No se le está mal.

Una vez en modo andante, seguimos en la pista por la que hemos llegado. Ganamos altura poco a poco, viendo cada vez más lejos el río y disfrutando de un bonito paisaje. Así seguimos hasta tomar a un sendero que sale a la izquierda, señalizado, por el que superamos un collado y ya hemos llegado. Es un tramo empinado, pero breve.
Caballos, vacas, el río serpenteando por el amplio espacio que le dejó el glaciar… senderistas varios, no falta nada. Estamos en Aguas Tuertas. Los meandros que ha tajado el Subordán en su lento avanzar componen su imagen más icónica (como se dice ahora).

Hay gente que no pasa de este punto elevado respecto al río. Recorrer este valle un rato supone un atractivo más antes de parar en una roca plana que te sirva de improvisado merendero. Compartirás el tiempo del almuerzo con vacas y caballos, que seguirán a lo suyo, tras una breve mirada. Más turistas.

El sector más senderista seguirá camino por Aguas Tuertas para llegar hasta el ibón de Estanés. Es una excursión, por lo visto, muy clásica. Pero si se pertenece al sector senderista básico, Aguas Tuertas cubrirá las expectativas de una excursión de media jornada.
El amigo que no vio los dólmenes quiere volver para inmortalizarlos con sus fotos y, quien sabe, subir hasta el ibón de Estanés. Me parece.
