
La distancia que hay entre Torla y la pradera de Ordesa se salva por la carretera que enlaza ambos parajes. Aunque también se puede hacer andando por un viejo camino: Turieto.

Dejas el coche en el aparcamiento que hay al llegar a Torla. Vas caminando por la acera derecha de la carretera, dejando a la izquierda el túnel bajo el pueblo y enseguida encuentras la señal que te dirige por una senda hacia el río Ara. Pasas sobre el puente de la Glera y sigues por una pista, hasta llegar a un desvío señalizado, que te introduce en una senda. Comienzas a ganar altura.

Caminas por la margen izquierda del río, dejando la derecha para la carretera, desde la que te llegan sonidos de motores, con mayor o menos insistencia, según la estación del año. El paseo es entretenido y vas haciendo el trayecto sin darte cuenta. En el buen tiempo ayuda el circular por un bosque que te protege del sol.
Cambias de dirección al llegar al puente de los Navarros, al que podrías ir si tomas el correspondiente desvío señalizado. Lo dejamos para otro día. El objetivo de hoy es llegar a la pradera por Turieto. Es el camino que, antes de existir la carretera, se utilizaba para subir de Torla a la pradera de Ordesa.

Vamos ganando altura dejando abajo el cauce del Arazas. Luego, volvemos a encontrarnos con sus cantarinas aguas. Disfrutamos de varias cascadas que, en el verano de 2020, bajaban bien cargadas del líquido elemento.

El monumento a Lucien Briet es la última referencia que necesitas para ver que ya vas completando el recorrido. Luego, puedes pasar el puente y terminar en la pradera. O seguir por el camino que continua en la margen izquierda, hasta las cascadas. Nada, tres cuarto de hora de camino ascendente y otros tantos para acabar en el citado espacio habitual de descanso. En verano, puedes bajar con el autobús si consideras que ya has cumplido con tu ardor senderista por este día. En esta ocasión no me pareció mala idea.
