
«Una caja de capricho para dulces». Era el objeto que el confitero oscense Pascual Potoc aportaba para una cuestación a beneficio del asilo de las Hermanitas de los pobres de Huesca. Figuraba en el ejemplar de La Crónica de 2 agosto 1891. Esta caja del encabezamiento de la entrada también parece una caja de capricho para dulces de esa misma pastelería.

En su interior se conserva una etiqueta del establecimiento de Pascual Potoc. Era el propietario de una «confitería, pastelería y repostería» situada en el Coso Bajo 15 y 17. El Coso Bajo siempre ha sido, y es, una calle muy laminera en Huesca.
