
El anuncio de construcción de un nuevo puente en La Peña, para mejorar la comunicación por la A-132 casi obliga a recordar que este punto cuenta con una larga historia en materia de viaductos para salvar el entorno de La Gorgocha. En este paraje se une el Gállego con su afluente el Asabón y estas obras han servido para salvar el cauce de uno u otro.
El trazado del nuevo puente «salvaría la entrada del túnel, volaría por encima de la presa aparte por lo que habría que realizar una apoyo y se realizaría de forma paralela con una semicurva» al que existe en la actualidad, según informaba Diario del Altoaragón.
La importancia que ha tenido históricamente el entorno de La Peña en materia de comunicaciones puede quedar confirmada si tenemos en cuenta que bajo las aguas del embalse de ese nombre hay tres puentes. Dos son medievales –uno de ellos tal vez de origen romano- y el otro fue levantado en la recta final del siglo XIX. La comunicación se realiza actualmente con un puente de hierro construido con motivo de las obras de la presa que regula las aguas del Gállego.

«La Peña es un núcleo surgido en tiempos medievales en el paso de la Gorgocha, junto a los puentes que desde tiempos antiguos servían para cruzar el Gállego», ha escrito Ricardo Mur en un artículo sobre la ermita de Nuestra Señora del Puente de La Peña, publicado en la revista Comarca. Figuraba en el recorrido de la cabañera que bajaba desde el valle de Canfranc, pasaba por Villanúa, Castiello, Jaca, Bernués, Anzánigo y tras superar La Peña se dirigía a la provincia de Zaragoza

María Teresa Iranzo, en su artículo sobre puentes aragoneses incluido en el homenaje al profesor Antonio Gargallo, afirmaba que «de gran envergadura es el puente presuntamente romano de Triste, cubierto ahora por las aguas del pantano de la Peña y conocido en la Edad Media como de ‘Cacaviello’ por el nombre del despoblado próximo». Tenía perfil de lomo de asno y cuatro arcos. Por las fotografías de la época de construcción de la presa (y demolición parcial del puente) componía una imagen muy llamativa junto a La Gorgocha.

Esta historiadora escribió en otro artículo sobre estas construcciones en la provincia de Huesca que Ramiro I dejó en su testamento «un tercio del legado monetario a la reparación del puente de Cacaviello (Triste)». La Peña se llamó «de Cacabiello» en la Edad Media. Antonio Ubieto, en su libro sobre poblados y despoblados de Aragón, recoge la existencia de un castillo con este nombre en este entorno.
Ricardo Mur publicó un artículo en el número 5 de la revista La Estela en la que informaba del posible hallazgo de restos de la iglesia de Nuestra Señora de Cacabiello, en el entorno del embalse. De esta forma se habrían localizado ya restos del castillo de este nombre y la iglesia del antiguo poblado, independiente de La Peña y Santa María con los que en alguna ocasión se pudieron identificar.

Del puente más pequeño, de un arco, poca información hay, oculto por la envergadura del anteriormente citado. Está cubierto por el barro y estaba situado cerca de un pilar del puente actual.

El más moderno de los que quedaron bajo el nivel del agua correspondía el viaducto sobre el río Asabón incluido en la carretera de primer orden de Zaragoza a Francia. El proyecto técnico había sido aprobado en 1873. Se construyó entre 1870 y 1880 según explican Javier Lafuente y Jacob Gragera en su libro «1913-2013. El siglo de La Peña».
José Cardús publicó el 6 junio 1971 en su sección «Turismo altoaragonés» del Heraldo de Aragón un artículo titulado «Tres puentes bajo las aguas del pantano de La Peña». Incluía las fotografías de los dos más antiguos. El pequeño, en concreto, aparecía en ese momento casi oculto por el lodo del fondo del embalse y sólo se acertaba a ver la parte central de su arco.
El actual en uso lo es desde 1910 aproximadamente. Se levantó en el marco de las obras del embalse de La Peña.

Este puente no desaparecerá. Será restaurado y, probablemente, declarado Bien de Interés Cultural.
