Una locomotora con tender atraviesa el puente de 40 metros de longitud que salva el río Aragón a la altura de Castiello de Jaca. Empuja unos vagones bajos, seguramente transportando materiales para las obras o tal vez volviendo de esta tarea. De ser así, la locomotora no empujaría sino que tiraría del convoy. El último vagón lleva una garita de freno, con lo que nos encontramos con material «vintage», aunque fueran los años 20 del siglo pasado. Ha sido habitual en esta línea, independientemente de la empresa que la explotara. Me parece.
Es una fotografía de «Edición F. de las Heras. Jaca». Se trata de una postal sin circular que lleva, además, el sello «Achivo Valentín Moragas Roger».
Según informaciones publicadas en El Pirineo Aragonés en diciembre de 1908 se subastaron las obras de la línea ferroviaria entre Jaca y Castiello. Se dividió en dos trozos: de Jaca al barranco de Ijuez y de este barranco a la estación de Castiello, que se construiría al norte de esta localidad, a la altura de kilómetro 8,5 aproximadamente. Desde ese momento pudo usarse la línea construida para subir materiales para continuar las obras. Pero la entrada oficial en servicio de la línea completa Jaca- Canfranc se produjo el 25 de julio de 1922. La primera locomotora que hizo el trayecto fue la Norte 3117, 2-3-0, Hanomag, fabricada en 1911 y que llegó a estar en servicio en los tiempos de Renfe (230-2101 fue su matrícula).
Se llamaba Enric y estaba en el balneario de Panticosa. Corría el 8 de agosto de 1918 y necesitaba «quartos», según reconoce en una postal que dirige a su «mare y germans» en esa fecha. Había enviado una misiva anterior solicitando ese apoyo económico, pero al recibir una carta de su familia sin referencia al dinero, entendió que no les había llegado. E insistió.
El caso es que, por este retraso, comenta que «ara baixaré 1 ó 3 días mes tart». Quería salir el sábado, pero no podría. En el balneario de Panticosa no había solamente potentados, también acudían los que necesitaban «quartos». Lo que no queda claro es el motivo de la petición. Se supone que subiría con una previsión de gastos. Algo se torció. Me parece.
La postal es una fotografía de la Fototipia Thomas de Barcelona. Es la número 1755. Se titula «Plaza de las Administraciones de coches» y es bastante anterior a la fecha en que circuló.
El 30 de junio subió por la calle oscense de doña Sancha un rebaño de corderos en dirección a la montaña. Hoy bajaba a la tierra llana. La trashumancia en tiempos del metaverso, como comentamos en la primera fecha.
El ganado pasa y se aleja de Huesca con los ciudadanos sorprendidos. No obstante, no tienen motivos. Esta arteria de la ciudad ha sido utilizada por los rebaños muchos siglos antes de que el asfalto sustituyera a la tierra. Es lo que tienen las cabañeras.
Detrás, los vehículos de la limpieza minimizan el efecto del paso del rebaño. Es un servicio escatológico
Una vista de Broto con el perfil más conocido de Ordesa como telón de fondo. Junto a las viviendas más antiguas y la silueta de la parroquial coronando el conjunto urbano, se ven nuevas construcciones. Este entorno entró pronto en el mundo el turismo por el atractivo que suponía el parque nacional. La mayor altura de los edificios en obras habla de un uso turístico.
Lo curioso de la postal figura en el reverso. Entra en este contexto de promoción. Se puede leer en la parte superior izquierda «34. Pirineos aragoneses: Broto. Vista parcial» y también estos mismo en francés e inglés. Para separar la parte del texto de la de la dirección figura lo siguiente: «Exclusiva: Imprenta Aragón. Sabiñánigo (Huesca). Ediciones García Garrabella. Zaragoza».
Imprenta Aragón se creó en Sabiñánigo el año 1928. En 2007 recibió un premio a la trayectoria empresarial, tras casi 80 años de trabajo. Llegó a editar entre 1980 y 1983 La Gaceta de Sabiñánigo. Su primera mención en El Diario de Huesca data del 9 junio 1929. Su buscaba un «minervista» para la imprenta. Minerva era el nombre de una de las imprentas más populares.
Carmelo Martón, en su libro «Los fotógrafos aragoneses», sitúa a Luis García Garrabella entre «los primeros talleres de fototipias o postalería instalados en Aragón». Según relata este mismo autor, nació en San Juan de la Peña el año 1907 y falleció setenta años después. Trabajó con destacados fotógrafos y postaleros como Juan Mora o Manuel Arribas, para establecerse posteriormente por cuenta propia.
Esta postal es posterior a la guerra civil. Figuran, en la parte izquierda de la foto, un estribo del puente medieval destruido en la contienda y el nuevo viaducto ya construido.
Las obras de renovación en la línea Huesca-Ayerbe están permitiendo actualizar las vías para mejorar las condiciones de viaje y la seguridad de los viajeros. Comparten espacio raíles y traviesas con las aguadas, los cambios de vía o los depósitos de agua. Y en el conjunto, junto al derribado almacén, está la báscula que pesaba la carga de los vagones con mercancías.
Detalle de la báscula
Aquí, olvidada, está una fabricada por la empresa S. Torner, de Bilbao, fundada en 1880. La que hay aquí es una «báscula puente con cubilage (marco de la plataforma) de hierro para ferrocarril en línea continua», según reza la publicidad de la época. En un lateral corto del marco figura «S. Torner. Bilbao» y en el otro «Renfe».
Plataforma de la báscula
Los elementos básicos de este producto industrial están. Los que marcan la pesada pueden estar bajo el espacio semicilíndrico que hay allí. Patrimonio ferroviario en el aire.
La báscula comparte espacio con las nuevas traviesas de la vía
La sorpresa surgió en la calle León Abadías. Allí, escondido tras un coche más grande, estaba el R-7. Un Renault 7 en perfecto estado de conservación, con su matrícula HU-C. Impresionante. Ni nos los encargados de aportar estos artilugios para la serie televisiva «Cuéntame» lo hubieran mejorado. Total, era un R-5 con maletero, con una vida más corta, no debió gustar tanto… Pero este coche siguió y allí estaba esta mañana. La suerte para el turismo ha estado en lo cuidadosas que han sido las personas que lo han conducido. Me parece.
Paso por Huesca de un rebaño hacia la montaña esta mañana. Trashumancia en tiempos de metaverso. Hace un año subieron el 1 de julio y hace diez, el 29 de junio.
Esta foto es una postal no circulada. En el reverso se explica que es «Broto (Altos Pirineos de Aragón). Vista general tomada desde el Sorrosal». La realizó el fotógrafo austríaco Adolfo Zerkowitz, durante su larga estancia en España.
El paso sobre el río Ara tiene en Broto dos referencias destacadas. La primera está en la imagen: es el puente de origen medieval que desaparecería durante la última guerra civil española. El segundo, del siglo pasado, estaba en proceso de pasar del plano a las obras. Se adivina por la incipiente excavación de los accesos. En los fondos de la Fototeca Provincial se conservan imágenes del puente en obras o destruido como el medieval.
Formaba parte del proyecto de la carretera C-138 de Barbastro a Francia por Broto. En aquel momento se planteaba conectar con la vecina República por Bujaruelo y Gavarnie. La cosa no prosperó, no hubo paso internacional por allí y la carretera cambió de dígitos: pasó a ser C-140 y, en tiempos más recientes, N-260, formando parte de las comunicaciones Este-Oeste subpirenaicas en vez de Norte-Sur como se preveía en un principio.
La imagen está hecha antes de la guerra civil. El puente medieval está en pie. Las obras para el nuevo están en su primer momento: excavación del espacio donde plantar los cimientos del viaducto. Zerkowitz es aquí más fotorreportero que postalero, faceta por la que ha pasado a la historia de la fotografía española. Es un momento importante para la localidad. La angostura del puente viejo daba paso a un viaducto amplio, en medio de un proceso de conversión d ela villa pirenaica en destino turístico.
Están definidos los trazados de las carreteras que suben de Fiscal (desde la esquina superior derecha) y de Biescas (esquina inferior izquierda).Se unen en un punto donde los trabajos están más retrasados: el puente sobre el río Ara. La imagen permite ver la entidad que tenía Broto en el primer tercio del siglo XX y compararla con la actual.
El Diario de Huesca, en su edición del 27 septiembre 1933, detalla entre otros proyectos reivindicados desde Huesca la «carretera de Jaca a El Grado: Sección de Biescas a Broto. Terminar las obras de los trozos (seis en construcción) aprobando los proyectos reformados presentados. Carretera de Broto a la Frontera: Trozo primero. Con su ejecución se prolongaría la carretera al Parque Nacional de Ordesa». Se aprobaron en consejo de Ministros un año después, según relataba este mismo periódico el 21 diciembre 1934: «Decreto aprobando los proyectos reformados de los del trozo primero de la carretera de Broto a la Frontera francesa y de Biescas a Broto de la carretera de Jaca a El Grado, en la provincia de Huesca».
Tras la guerra civil, «Mariano Aisa Dea firma el proyecto reformado del puente sobre el Ara, en Broto» (Diario del Altoaragón, 10 agosto 2001). En ese tiempo se hablaba de la «reconstrucción del puente romano» (Nueva España, 22 febrero 1940). El puente contemporáneo se construyó y permanece en servicio, habiéndose ampliado su plataforma no hace mucho tiempo. El «romano» permanece como estaba tras acabar la guerra.
Adolfo Zerkowitz, nació en Viena en 1884. Estaba en Marruecos cuando estalló la primera Guerra Mundial, en 1914. Tras un tiempo, pudo pasar a España, instalándose en Barcelona. Hizo muchas fotografías del Pirineo de Huesca en los años 30 del pasado siglo. Fueron comercializadas en forma de postal. Esta de la fotografía no se llegó a escribir. Zerkowitz era un gran aficionado a la fotografía y el alpinismo, uniendo ambas en su trabajo. Fue un fotógrafo de postales y de paisajes. Empezó en Catalunya hasta convertirse en uno de los mayores editores de postales de España. Falleció en 1972.En el blog http://esmemoriaus.blogspot.com/2015/02/adolf-zerkowitz-1884-1972.html se explica que, «tras recorrer con su cámara a cuestas buena parte de la geografía catalana siguió fotografiando las montañas pirenaicas y fue así como llegó a tierras aragonesas. La provincia de Huesca, más concretamente el norte de la misma, fue testigo de sus continuos viajes en busca de unos paisajes que seguramente en más de un caso le debieron recordar los valles alpinos de su infancia. En el Parque Nacional de Ordesa encontró muy posiblemente uno de los entornos que más le fascinaron y buena muestra de ello fue la gran cantidad de fotografías de esos paisajes que llegó a editar en forma de postal hacia los años 30 del pasado siglo XX. Los pueblos de su entorno como Boltaña, Torla, Ainsa o Bielsa, también suscitaron el interés de este hombre».
La cena, aunque no fue excesiva, tuvo el volumen suficiente para no poder dormir desde el primer momento. El estómago y la tripa reclamaban atención. Entre vuelta y vuelta recordé que todavía teníamos en la despensa una caja amarilla de gaseosas Armisén. Para dentro que fue. Tras el sonido habitual al beberla, no sé si tuvo algo que ver, estómago y tripa redujeron su reclamación y, poco a poco, se pudo conciliar el sueño. Fue el último servicio de la gaseosa Armisén, presente en las casas aragonesas desde 1850. Como dirían en una película de romanos muy épica, ¡¡¡Honor!!! (en este caso a las gaseosas Armisén).
El caso es que luego vi que estaba caducada hace unos años. Vaya, vaya. ¿Qué he hecho? (dejé pasar varios desde que la tomé hasta que la he publicado y no había pasado nada).
Fue declarada de utilidad pública por R.O. del 5 de marzo de 1883. En su última etapa de actividad, aparte de su condición de gaseosa refrescante (refresco higiénico y saludable), era muy apreciada en repostería, así como en fritos y rebozados. A lo largo de su dilatada historia obtuvo medallas en la Exposición Aragonesa de 1885-1886, Alejandría de 1901, Logroñesa de 1900-1901 y medallas de oro en la Exposicipon hispano francesa de Zaragoza 1908-1909. Su último galardón, según se recoge en la caja, es el Trofeo al Prestigio Comercial 1983. Ahora, en función de la edad, permanece en la memoria de los aragoneses su inconfundible cajita amarilla y sus sobres de carbonato ácido de sodio (60%) y acidulante ácido cítrico (40%) -ocho de cada- para preparar otros tantos vasos de gaseosa.
Lola era sobrina de Pilar. Le felicitaba su cumpleaños con una postal del claustro de San Juan de la Peña. Corría el año 1913. Resulta que «lacónica tiene que ser mi felicitación por no poder llegar a carta: tengo que acompañar a unos asturianos». Vaya.
Luego llega el típico deseo de un buen día «lleno de felicidad», sentando a la mesa «a sus buenos amigos de otros años». Concluye todo con el reparto de besos a la familia de Pilar de Lola y su madre, a quien menciona finalmente.
La misiva, aparte, está trazada con la costumbre de escribir en dos sentidos, cruzando los textos, supongo que para que nadie pudiera hacer una lectura fácil de la postal. Me parece.
La misiva lleva matasellos del 11 octubre 1913. No sé si llegaría al día siguiente, festividad del Pilar. El sello, con la imagen de Alfonso XIII de perfil, está roto y no se ve claro el lugar de origen. El destino era Madrid. Además, la receptora contestó a la emisora porque escribió un subrayado «contestada».
La foto del claustro pinatense era la nº 8 de la serie A de la colección G. Beritens y J. Lacasa y Ho. En el reverso, parte superior izquierda, se ve el anagrama «HM» de Hauser y Menet (Madrid)